lunes, 11 de febrero de 2019

Cami


Tuve la suerte de conocer a Cami en julio del año pasado en la escuela de jóvenes astrónomos en Colombia, una de las tres brasileras que fueron, las demás eran Ana y Rebeca, las chicas que se sentaban adelante y juntas como una santa trinidad.

Se le notaba su gran potencial. Era la más joven y con tan solo 23 años ya estaba haciendo maestría; era experta en programación, astrofísica y hablaba tres idiomas. Pues son esas personas que brillan y resaltan siempre, que nacen cada 100 años y que uno logra admirar en poco tiempo.

Aprendí mucho de ella y no creo que solo yo, casi todos. También en los momentos de diversión, siempre estaba ahí, contagiándonos de alegría. Otra cosa resaltante de ella es que era humilde, nunca decía que no y estaba dispuesta ante cualquier necesidad, como lo hace ahora por twitter, siempre presta ante cualquier duda sobre astronomía y otros temas. 

Pero en mi caso, no solo fue una compañera más, por cosas de la vida, formé junto a ella y una venezolana llamada Mariangel el grupo número 8 y teníamos como objetivo: realizar un proyecto de investigación en astronomía.


Los tres pasábamos horas y horas trabajando. En la última semana tuve mayor contacto con ella, mi inglés no era tan bueno y hacía lo posible para que me entienda. A veces me faltaban frases que quería decir y ella comprendía si no hablaba correctamente, nos las arreglábamos pero ella siempre estaba atenta y con Mariangel también. El proyecto lo terminamos, pero debo decir que ella aportó más. Siempre estaré agradecido con ella por todo. Al exponerlo nos fue bien, fue un gran reto para todos ese trabajo. En el último día le entregué una moneda de colección del cóndor, debo decir que le gustó, no fue un gran regalo pero es algo que creo va a recordar, el mes fue muy intenso para todos y los momentos que creamos han sido hasta hoy, pieza importante para que sigamos en contacto.

Hoy 11 de febrero, Día Internacional de la Niña y Mujer en la ciencia la he recordado y creo que todos los que estuvimos en esa escuela la recuerdan. Aparte de ella, las demás compañeras también son extraordinarias y siento orgullo por todas.

Desde enero, ella está en la NASA, sí, en la NASA y estará unos tres meses allí: trabajando, investigando y disfrutando de la astronomía y del centro de vuelo espacial. Para mi es un sueño estar en ese lugar y me siento muy alegre que alguien que haya conocido esté allí, además que es un orgullo para latinoamérica, ya que pocos de esta región pueden ir porque es muy competitivo y requiere de mucho esfuerzo del estudiante, de los profesores, instituciones y seguro mucho más. Es un gran logro y que más que una astrónoma, eso nos hace ver que no solo tienen oportunidades los varones. 


Una astrónoma brasilera está allí, cumpliendo su sueño, el sueño de muchos. Parabéns :)

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