miércoles, 25 de marzo de 2020

Un asesino que llegó sin advertencia


Después de esta cuarentena, será difícil volver a ser los mismos, a menos a corto plazo.

Mientras escribo esto – en mi trinchera, intentado no perder este tiempo extra que muchos necesitábamos, aunque no de esta manera – escucho a lo lejos la radio que acompaña a mi casa: En el mundo se reportan 472,237 casos en total, desde el primer caso en China, país donde han venido la mayoría de virus. Esto ha sido tan rápido y repentino, que hace unas semanas nos reuníamos con amigos,  tomábamos el metropolitano y vivíamos nuestras vidas de lo más normal, hasta que se reportó el primer caso y todo cambió, nadie se lo esperaba que de un momento a otro, nos prohíban juntarnos por nuestro bien.

Destruyendo un mito y teorías de la conspiración, el Coronavirus (SARS-Cov-2), causante de la enfermedad COVID-19 no fue creado por un laboratorio, no fue creado con el ánimo de eliminar la sobrepoblación, ni es un arma biológica. Estos virus no son nuevos en el campo de la ciencia, los han estudiado desde hace 50 años y el COVID se originó por un salto de una especie animal (murciélago) al ser humano (a este proceso se le llama zoonosis); además de un proceso de recombinación que originó al virus actual.

Esta pandemia nadie lo esperaba ni fue predicho por ningún vidente – otro motivo para dejar de prestarles atención – este año supuestamente iba a ser tranquilo porque ni había alerta para el fenómeno del Niño. Cuando se reportó el primer caso, también nadie imaginaba que iba a expandirse a 199 países. Estamos a la espera y nos hemos preparado para un terremoto, pero no para una pandemia.



Lima está vacía; el cielo se ha tornado celeste y el aire ha mejorado, las especies que habitan en el litoral han tomado posesión de su hábitat. Es bueno ver que la ciudad está dándose un respiro, aunque de la manera más drástica.

Es el día 10 y no he sentido ansiedad ni aburrimiento, es un día común para mí, ya que salgo poco y llego del trabajo por la tarde pues me queda tiempo, además que ya había tenido períodos en casa como cuando estaba esperando un nuevo trabajo. Voy 9 días sin salir ni he tenido ganas, no he tenido la sensación de tristeza. Mas bien siento algo de preocupación porque tenía planes de seguir estudiando, de ahorrar pero el mundo académico ha parado, eso me deja pensando en que pasará, hasta hoy no hay nada confirmado y espero que no se cancelen ningún evento.

Sin embargo, hay mucha gente que no acata el estado de emergencia o los toques de queda, eso es lo que me jode porque todos debemos estar unidos ante este problema, ya que tenemos ese título de ser la mejor hinchada del mundo, de nuestra unión, de ser solidarios como lo hicimos en el 2017 con el Niño Costero (sí, ya sé q nos unimos en periodos cortos) pero esta vez se hace muy difícil que todos logren sincronizarse para poder salir de esta incertidumbre.


Difícil pensar que en abril termine todo, esto da para más y lo más probable es que salga una vacuna a fines de año, esto se ve tan desesperanzador ¿cómo haremos entonces? ¿Como llegaremos a julio? nuestro futuro es incierto, todo es un caos, el mundo ha sucumbido ante un virus, esto nos hace ver qué tal frágiles somos.

Ojalá esta crisis sirva para replantear quienes somos, para reconsiderar de cómo estamos como especie humana, para darnos cuenta de que no somos invencibles y valorar lo privilegiados que somos por vivir en una sociedad con libertades y cooperar para sobrevivir,  porque lo malo es que este virus se alimenta de la falta de empatía y del individualismo.

Cuando salgamos vivos de este llamado de atención de la naturaleza, espero que la respetemos y ojalá que con esta experiencia, dejemos de contaminar el planeta, la tierra necesitaba un descanso de los humanos,  por último, que podamos crecer como sociedad y terminar con los problemas sociales que hemos estado lidiando desde hace tiempo.