viernes, 31 de julio de 2015

Cuenta regresiva



Cuando ganó Ollanta teníamos miedo de que se iba a quedar más de 5 años en el poder, teníamos miedo de que sea dictador o autócrata, tanto así que juró con la biblia en mano que no se iba a quedar ni un minuto más luego del 28 de julio del 2016.

Cuando asumió la presidencia, en su mensaje juró por la constitución de 1979, se le vio rebelde y con ganas de cambiar las cosas. Al pasar el tiempo, vimos que no era el tipo que creíamos. No fue duro con Chehade por un tema de corrupción, luego vino Conga y no tuvo los pantalones para enfrentar esa problemática.

Le pusieron apodos como princeso, cosito y que Nadine mandaba, era el cerebro y él era la pantalla.

Nos dimos cuenta de que la gran transformación que pregonaba era una farsa, en ese tiempo era la gran continuación. No era el tipo con polo rojo que temíamos y el de polo blanco, no tenía liderazgo, empezaron a burlarse de él y no hizo las grandes reformas o “revoluciones” prometidas.

No solo el gobierno fue malo, también fue acompañado de, como siempre, el congreso inútil y corrupto.


Hubo muchos cambios de Ministros, muchos problemas, denuncias y la figura de Nadine se fue desgastando, si siempre decían de que iba a postular, pues ya no por tantas cosas que salieron a la luz como el caso de su amiga que le prestó una tarjeta para comprar lo que se le antoje.Y la delincuencía aumentó.

Así que de la gran continuación pasó a la gran decepción.

Si bien, se hizo algo por la inclusión social, no hubo la gran distribución de bienes, ni la lucha contra la corrupción. Cumplió sus programas de pensión 65, Samu, Beca 18, Cuna más, lucha contra el terrorismo, subir el sueldo básico, etc. Fue opacado por problemas como lo de Omar Chehade Conga, Tía María, Qali Warma, la ley "pulpín", el reglaje a miembros de la oposición, los gastos personales de Nadine y el caso de Belaúnde Lossio.

No fue la gran transformación. No fue lo que esperabamos. Nos decepcionó, no fue ese político de izquierda, sino se vendio a la derecha y no se enfrentó a los grupos de poder, lo mismo de siempre y la misma corrupción.

Su ultimo discurso fue superficial, reflejo de un gobierno limitado con un plan insostenible sin argumentos que no va conforme a un país en vías de desarollo y pronto a celebrarse nuestro bicentenario.

Aún así, no me arrepiento de haber votado por él, nunca votaría por el fujimorismo.

Ollanta Humala decepcionó. Menos mal es el último año. Y otra vez, piensen antes de votar.