miércoles, 28 de septiembre de 2016

Despedida



Chao oficina ... Después de 20 meses que estuve trabajando en aquella institución de Chucuito, renuncié. Si, esa maldita palabra que te hace experimentar diversas emociones como la nostalgia de ya no estar en ese lugar del cual te acostumbraste a la rutina, de tus compañeros de trabajo, de tus amigos, de las satisfacciones que te daban al hacer bien un trabajo, el aplicar lo que aprendiste en la universidad y también lo nuevos conocimientos que te brindaron personas con experiencia y la alegría de que ahora tomarás un pequeño descanso, de que estás con los ánimos de ingresar a otra institución para aprender y demostrar que eres un profesional.

Pensé en irme sin avisar a nadie, pero no pude, tanto tiempo compartiendo con tus compañeros no es una cuestión de suerte. Fui muy fuerte al momento de la despedida, pensaba que mis ojos iban a lagrimear pero nada, aunque lo más duro fue hacerlo con mis compañeros de oficina.


Este fue el primer trabajo en el que estuve por mucho tiempo. Conocí muchas personas pero pocos se volvieron amigos y ahí va una, la que me acompaña y va a la espera.

Es un sentimiento nuevo, el despedirte de tu "nueva familia", muy duro y no me imagino cómo sería si fuera más tiempo con los que estuviste con ellos.


Aunque me haya despedido, me gustaría volverlos a ver, de todas maneras si tengo tiempo iré a visitarlos, aunque sea para un almuerzo, gracias a ellos he crecido profesionalmente, tal vez un día regrese, uno nunca sabe nada. En esos días estás apenado por dejar tu segundo hogar y alegre por otra oportunidad, hay sentimientos encontrados, uno tiene que ser fuerte y pensar en lo mejor para uno.

 Y así pues, me siento con ansias por empezar a trabajar en otra institución, conocer nuevos profesionales, nuevos proyectos y otras cosas más por aprender.