domingo, 29 de octubre de 2023

La soledad está incomodando


He estado acostumbrado a largos periodos de soledad, pero hasta hoy nunca he sentido esa sensación de que me falta algo; pensaba que sentiría ello cuando esté fuera del país por un largo periodo de tiempo (aunque cuando he estado en otros países casi un mes nunca he sentido que extraño algo), es cierto que no se puede comparar, pero esas experiencias las he tenido por el momento.

En la era de las cuarentenas y los "quédate en casa", quedarme nunca fue un castigo o algo insoportable en mi vida, estaba acostumbrado a no salir, a no socializar y me sentí muy cómodo ya que era parte de mi vida casi no salir desde hace aproximadamente 5 años.

Debo confesar que actualmente estos días me siento en compañía y me gusta mucho, por largos periodos me siento feliz, esa felicidad diferente que uno siente como una inyección de vitalidad y energía necesaria para hacer cualquier locura. Siento que mis ánimos han cambiado, ánimos de compartir todo, hasta poco a poco he vuelto a tener inspiración y ganas para escribir. Inspiración que se apagó en los inicios del Covid.

Aunque la soledad me incomode ahora, sé que algún día volveré con ella, es bonito estar por un momento en los brazos de una cálida compañía.

En cuestión de mujeres y parejas mi mente ha estado libre por más de 5 años y no tuve la necesidad de buscar ni necesitaba ello. Me dejó de importar de cierta forma, para mí eso era secundario y me daba igual incluirlo en mi vida. Lo importante en mi vida sigue siendo seguir creciendo profesionalmente y seguir estudiando hasta donde pueda y si se presenta alguien en el camino, bienvenido.

Y como es la vida, que quizás estás en la última recta de tus rutinas o en el inicio de un giro en tu vida y conoces a alguien cuando menos lo esperas que te desequilibra todo.
Desde varios meses he tenido una cálida compañía en mi monótona y casi cuarentenaria vida. Es cierto que ya pasó lo peor del Covid, pero aun sigo con la costumbre de no salir, aunque creo que muchos se quedaron así, pues luego de la tragedia no todo se ha vuelvo a la normalidad. 

Si bien estoy acostumbrado a la soledad, hoy me incomoda cuando esa compañía no está conmigo, porque alguien no va a estar siempre a tu lado, cada uno tiene su vida y sus quehaceres. Hoy mis pensamientos tienen un nombre y su ausencia me desequilibra, mis pensamientos están teledirigidos y mi preocupación me consume. Quizás llevé esto a una dependencia o no lo sé, pero acá está en mi mente, pero lo que hay que hacer es no demostrarlo, con el tiempo te das cuenta que es un pecado mostrarte vulnerable.

Ahora mismo no está y no sé donde está. Solo desapareció y solo se me ocurrió escribir. 


Los dejo con una canción de Mod Sun - Avril's Song

        

domingo, 10 de septiembre de 2023

El mar y nueva estrella


Hoy, mientras el frío renace de un invierno muerto y la crisis se avecina, me vienen a la mente aquellos días en que compartíamos risas y sueños. Aunque el tiempo nos llevó por caminos diferentes, quiero que sepas que aquellos momentos juntos siguen vivos en mi memoria.

Recuerdo la primera vez que te vi, con esa sonrisa que iluminaba todo a tu alrededor, tu encanto natural, tus ganas de comerte al mundo y con tu gran sentido del humor hiciste que todos te quisieran y tan pronto fuiste muy importante en la oficina, así poco a poco construimos una historia de amistad, confianza y complicidad hasta el día de hoy,

Las risas compartidas, las pequeñas confidencias y los retos superados juntos crearon un vínculo único entre nosotros que nos volvimos inseparables. Cada día a tu lado parecía un regalo, siempre admiré tu valentía, tus ganas de aprender y tu alegría de vivir. Juntos enfrentamos desafíos en el trabajo y celebramos éxitos compartidos. Nuestro compañerismo era único y nuestros gustos coincidían en todo: el chifa, los conciertos los fines de semana, la chatarrita, la música, las películas, era una ecuación perfecta.

Los años pasaron y la vida siguió su curso. Tuve que salir de ese hermoso trabajo para ir a otra institución a seguir creciendo profesionalmente. Aunque en ciertos momentos nos volvíamos a ver, la química se mantenía, casi nunca teníamos discrepancias. Y como todo lo que sube tiene que bajar, al pasar los meses ya era menos frecuente nuestras conversaciones y reuniones; se sabe porque el tiempo no perdona y las ocupaciones te consumen.

La última vez que nos vimos y conversamos de todo fue en febrero del 2022. La pasamos increíble como siempre, aunque quedamos para una próxima vez, no se pudo dar y creo que ya nunca nos podremos ver. 

Hoy sé que estás a punto de embarcarte en una nueva etapa de tu vida, el milagro de la maternidad. Quiero que sepas que te deseo lo mejor en esta maravillosa aventura. Tu hijo o hija tendrá la fortuna de tener una madre tan llena de amor y luz como tú.


Aunque nuestros caminos tomaron rumbos distintos, quiero que nunca olvides lo especial que fuiste para mí. A través de estas líneas, quiero enviarte un abrazo de añoranza y gratitud por haber sido parte de mi vida.

Aunque hay mucho que contar y muchas anécdotas, no me alcanzaría líneas para plasmar todo. Solo podré decirte que eres una persona única y extraordinaria, y mereces todas las maravillas que el mundo tiene reservadas para ti.

Serás una gran mamá y mereces que seas feliz siempre.

sábado, 12 de agosto de 2023

Karla

A veces llega alguien a tu vida en el momento menos pensado y era esa persona que más necesitabas.

Podría escribir sobre Karla muchas cosas y llenarla de elogios, pero si lo resumiría en una palabra la puedo describir como maravillosa.

Siempre tengo la suerte de encontrar personas extraordinarias, únicas y que dejan una huella en el alma, tengo tanto que agradecerle y reconocerle, muchos momentos de felicidad y complicidad que un post en este blog no bastaría.

Karla era fuerte y decidida, a veces quebrantable e indecisa; pero esa mezcla la hacía alguien especial. Pero no todo fue felicidad en su vida, tuvo muy malos momentos con un tipo que le gustó y la enfermó y en un punto se deprimió, aunque cuando la conocí no notaba ello, hubo días que caía en tristeza y yo no lo notaba hasta que me lo contó y luego yo me encargaba de levantarle el ánimo y recordarle su fortaleza.

Y era fuerte porque de niña perdió a su mamá, tenía mucha personalidad e independencia, pero conmigo siempre confiaba y cualquier consulta quería que esté siempre presente.

Todo el tiempo que la conocí siempre mis días fueron felices. En la mayoría de veces soy apagado, pero ella me encendía. Ella era como una montaña rusa y yo el niño que esperaba subir para ser feliz, ella era esperanza en un futuro incierto.

Era extraño porque no nos habíamos visto en persona, solo nos conocíamos por fotos, videos y audios. Parecía que nos conocíamos desde hace muchos años, nuestras conversaciones por chats y audios, mostraban mucha conexión y no hubo día sin parar de hablar. 

Su voz era bien agradable, su alegría por mil, sus historias, su locura, su espontaneidad. Que afortunado en realidad soy, pero como todo nunca es perfecto, la distancia era el peor enemigo, ya que se había mudado a una lejana provincia. A pesar de todo, no es igual una interacción a distancia que presencial, siempre quedan vacíos, cosas sin decir, tergiversaciones, con el tiempo juega en contra. 

Karla lamentablemente tenía un descontrol en su vida. No resolvía situaciones ni curaba esa herida que le provocaron hace meses. Debía coordinar una cita con el médico, pero siempre terminaba desanimándose, quería denunciar al tipo pero se arrepentía. A pesar de que sus crisis eran cada vez menos, se le notaba que cargaba mucho.

Y ella sigue estando lejos, piensa regresar a Lima pero quién sabe. No sé si algún día la veré, aunque tengo pocas expectativas. En estos días me contó que encontró a alguien en su vida y que solo se enfocará en él, así que poco a poco nos estamos alejando. A pesar de ello, solo sé que siempre estaremos para cada uno, para apoyarnos y ayudarnos en todo en algún momento.