Debo confesar que encontré el gusto de viajar solo. La primera vez que viajé sin ningún familiar fue a Arequipa, sucedió en agosto del 2012 a un simposio de estudiantes. Viajé con dos amigos de mi facultad por una semana, fuimos aceptados a exponer un trabajo de investigación y nos fue muy bien. Hasta ese entonces no había ido a campamentos, ni viaje de promo. Las veces que viajé fue mayormente con mi mamá. En ese viaje aprendí a convivir con gustos ajenos, a adecuarme a los diferentes estilos de vida de mis compañeros, a estar atento y ser empático con ellos.
En el 2016 tuve otro viaje importante, fue a la Ciudad de México, esa vez viajé con un estudiante de la UNI, ambos fuimos aceptados a un taller de Astronomía en el Observatorio Nacional de México situada de en Tonantzintla, Puebla. Cuando salió la lista de aceptados, me comuniqué con él para poder coincidir en el viaje, así apoyarlos en lo que sea y estar más seguros. Fue mi primera experiencia internacional y tenía algo de inseguridad andar por lugares desconocidos.
Pero hubo ocasiones en que iba a otras ciudades solo, como a Teotihuacán y Cholula, del cual me guiaba por la bendita Google Maps, sino tal vez me perdía. Y estar solo en esos inmensos lugares, fue todo un reto y la verdad, no sé como sobreviví que hasta ahora no me lo creo. Tras ello, me gané muchas anécdotas para contar.
Este año, en febrero viajé solo a Buenos Aires y La Plata por 10 días a un taller de Astronomía, como era poco tiempo, decidí ir con mochila, la maleta iba a ser muy pesada y fue acertada. Caminé bastante en la capital de Argentina guiándome con Google Maps, preguntando las líneas de los buses, de las calles a policías y ciudadanos. Aunque una vez estaba muy cansado y me quedé dormido en el bus que al despertar me asusté un poco porque no tenía idea de donde estaba; le pregunté al conductor y me dijo que faltaba poco para llegar al destino donde iba.
Viajar solo me ha ayudado a ser mucho más responsable, a estar siempre alerta, a tener mi itinerario listo porque no se puede improvisar en un lugar que no conoces y le agarré cariño porque me siento independiente, porque estoy mucho tiempo conmigo mismo, porque me siento solo contra el mundo, un reto de supervivencia, sin embargo debo agradecer a todas las personas que me han guiado en el camino, lo bueno es que siempre que preguntaba me respondían cordialmente. Y quizás esto ayude cuando viva solo porque aprendí a cuidarme y poner orden en mi vida diaria, sin mi madre o padre que me pueda ayudar.
Me gustaría seguir viajando solo, sentir esa adrenalina de caminar por lugares que no conozco y quedarme admirado por las cosas bellas de cada ciudad. En ciertas ocasiones ni sabía si por el lugar donde estaba caminando era seguro, a veces me ganaba los nervios pero tenía que seguir y estar atento al o que sea. Así que, no es que prefiera viajar así, porque si viajo con alguien sería genial porque se vive de otra manera. Pero eso sí, aún hay cosas que no me gustan hacerlas solo, como ir al cine, a un concierto o a una obra teatral, pues lo siento como algo deprimente desde que hago la fila hasta el término de la función, es algo que no puedo y evito, aunque lo he hecho, nunca lo he disfrutado tanto como estar con compañía.
Viajar solo es siempre una experiencia interesante y ciertamente te obliga a ser más autónomo. Yo en los últimos años he viajado solo muchas veces.
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