miércoles, 19 de agosto de 2015

Eternal Flame


Existen personas que no se van aunque ya nunca vuelvan; que están incluso 
cuando no han llegado a quedarse.

Esta historia tiene principio y final. Quiero hacer catarsis. Creo que es una gran historia para contar, pero estoy dudando de hacerlo, los personajes que conforman el blog tienen algo común, que se van de mi vida, desaparecen, no vuelven. Y por si me olvido, esto me dará una referencia.

Empiezo por el final. Lo último que escuché de ella es que no le interesaba mi amistad, lo dijo con furia  y su mirada no era la de antes, era un hasta nunca.

Fue raro, porque hasta antes de Navidad pasada hablábamos de la mejor manera y habíamos hecho planes, que hasta ese entonces iba bien, pero no llegamos a nada. Ya tenía preparada la entrada, pero no me animaba a publicarlo, ya pasó tiempo y es hora de olvidarme del todo.

En setiembre del año pasado llegó a mi vida alguien mayor que yo, tenía 31 años, era mi profesora de inglés. Recuerdo el primer día cuando la vi, pensaba que era una alumna la que estaba parada y pues era la miss. Al comienzo no llamaba mi atención, hasta la tercera clase, que en una broma mía, ella terminó diciéndome "Qué pesado eres" con una sonrisa bonita. Desde entonces captó toda mi atención. Poco a poco me acercaba, le preguntaba y participaba más.


El último día de clases, al terminar el examen, fui al baño, me llené de fuerzas y regresé al salón porque ella se iba a quedar revisando los exámenes, me senté frente a ella y conversamos, estaba un poco nervioso y creo que no lo hice mal. Me sorprendió que tenga dos carreras, sus metas, sueños de una sociedad mejor, lo buena conversadora que era, su sentido del humor, paciencia, su gusto por la repostería y me gustó descubrir esa parte suya fuera de rol de profesora. Al terminar, fuimos hasta el paradero, coincidentemente íbamos al mismo.

Nos despedimos, pensaba que no iba a volverla a ver porque siempre rotan los profesores. Me fui a mi casa feliz ese día. Y entonces, no fue así, no solo me enseñó 1 mes, sino 4 meses, hasta diciembre.

Era hermosa e inteligente, combinación perfecta. Poco a poco traté de ganármela, de que me tenga confianza, de mostrarme más. Así en la segunda clase del segundo mes fuimos al paradero nuevamente y así sucesivamente dejando unos sábados o domingos pero ella aceptaba y se sentía cómoda cada vez que íbamos juntos. Aunque también me advirtió que no quería que mis compañeros nos vean y piensen que hay favoritismo o algo así y no nos vieron, ella salía 20 minutos más tarde, a veces la esperaba.

En el transcurso de esas semanas, en una recuperación de clases por la tarde, fuimos al chifa, fue en ese momento que generamos empatía y cierto vínculo. En el tercer mes fue igual y también fuimos a tomar un café por ahí, una vez más, tuvo buen resultado.

En el cuarto mes fue de igual manera, me sorprendía que me siguiera enseñando,  yo feliz. Era una buena profesora, sabía interactuar con sus alumnos, hacia juegos, la clase era dinámica y se hacía entender, era lo máximo. Si bien había como un respeto o trato de alumno-profesora, más allá de eso, ya habíamos conversado temas personales que quizás puedan unir, se notaba confianza. Esto me regaló por Navidad, fue difícil para mi comerlo, quería guardarlo.


Todo iba bien, hasta que... 

El penúltimo día de clases, estábamos en el paradero y de un momento a otro se apareció su ex. Nos saludamos, pero ella decidió quedarse con él y me fui. Al siguiente día con planes de ir a comer luego de clases, al terminar, ella se quedó a corregir los exámenes y yo me fui a despedir a mis compañeros, en eso, nuevamente se apareció ese tipo.

Hablamos de nosotros y un poco de ella, me dijo que solo eran amigos y que la conocía años desde la universidad y que enseñaba ahí latín.
Era incómodo, yo quería irme con ella pero él quería hablar con ella, tanta fue mis ansias por hacer realidad esa salida, no quería que me quiten la oportunidad y le empezaba a decir al tipo que se vaya, que si son amigos pueden reunirse otro día, que había quedado con ella, pero él se negaba si o si quería hablar con ella y quedarse.

Ella salió, nos vio a los 2 conversando, bajamos los 3, pero ellos 2 se fueron un lado, ella me dijo q espere unos 10min. Pasó ese tiempo, salió medio ansioso-preocupado, conversamos un rato, me dijo que ella va a salir y va a hablar conmigo.

Ella salió, fuimos a un lado, tristemente escuché que quería quedarse con él y mejor salir otro día luego de navidad. Me fui un poco picón, odiando a esa mierda por aparecerse esos días.
Pasó Navidad, Año nuevo y sin rastro de ella.


Al verla en enero, me evitaba, no quería hablar conmigo, no era la misma. Fue un duro golpe, no entendía que había pasado, solo mi teoría de que fue por culpa de esa mierda o algo que le haya podido decir él..

Fines de enero, me cruzo con ella, en el mismo camino para ir al paradero. Al verme me dice que me vaya, que no la moleste, que pasa le digo. En eso me dijo algo que me partió en pedazos. “No quiero tu amistad y no me interesa”, no me molestes más. No solo sus palabras me hicieron daño sino su mirada llena de odio.
Ante eso solo dije que me diga por qué y la dejaba en paz. Se dio media vuelta y se fue diciéndome que si seguía se iba a quejar con la administración.

Sentí que me habían quitado de raíz algo, me dio cólera y tristeza, fue muy duro, estaba triste en el carro de regreso a mi casa y cuando llegué, dormí.

Ella continuó con el horario de sábados y domingos, varias veces nos cruzábamos pero ella no me miraba, hacía que yo no existía. Yo saludaba por respeto y nada. Continúo tres meses luego se cambió al horario de lunes a viernes.

Desde ese entonces, escribir poesía se me hizo más fácil y en un mes y medio escribí como 35 poemas.

Sigo pensando en lo afortunado que me sentía y que por algo, lo sigo sintiendo pues conocerla fue algo diferente, porque cada uno es un mundo distinto, donde cada persona puede compartir un poquito de su mundo, sin pensar que con eso es capaz de cambiar el mundo de la otra persona. Además son muchas más las cosas que hacemos para que nos quieran que para que nos odien y a pesar de todo el daño que puedan causar, aprendí que maduras cuando no respondes a una agresión.

Le gustaban las canciones lentas. En una clase había una canción para cantarla, era Eternal Flame del grupo The Bangles, cantamos un par de veces pero ella lo repitió como 10 veces en la parte final de la clase, fue el primer mes y recuerdo muy bien ese día, la recordaré por esta canción.