Una no es suficiente

Hace unas semanas hubo una reúna de mi promo de secundaria, cada año siempre la hacemos, es grato volver a verlos aunque sea una vez al año.

Después de tres años pudo ir Salazar, estaba cuerpón, más que de costumbre, que logró obtener en el servicio militar unos años antes, ahora estudia.

El fue uno de los protagonistas de una pelea legendaria en el salón y en cada reunión casi siempre recordamos ese momento. También tuvo peleas con alumnos de otras secciones, era uno de los bravos del salón pues su contextura física y su fuerza interior incaica junto con la criollada limeña lo hacían ser el más rudo y respetado del salón, algunas veces hasta el defensor. Pero con la gente de la promoción nos bromeamos.

Estábamos en una discoteca entre tragos conversando, recordando y la infaltable chacota es que cuando todos nos juntamos viajamos al pasado y olvidamos todo.

En eso veo a Salazar que estaba viendo la pantalla de su celular con una sonrisa. 

—Marcación—le dije en son de broma

—Tssss a mi nadie me marca— dijo mirándome, volvió a ver su celular...

No recuerdo lo que decía muy bien pero algo así era:

“Hola amor, estás en la casa de tu mamá? Mándale saludos de mi parte, voy a dormir, espero soñarte”

—¿Piensa que está en casa de tu mamá? No te daba permiso para que vengas? Jaja— le digo sorprendido.

—¡Nada, si igual no se va a enterar! ―dijo Salazar, y guardó su celular―. Si le decía me iba a preguntar y repreguntar ― habló fuerte en mi oído―, lo repitó otra vez porque no escuché.

—Quince minutos después le llega un mensaje y ve su celular, me llama y lo leemos los dos:

“Hola bebé te extraño mucho, espero que te estés divirtiendo con tus amigos. Ya quiero que sea martes para verte” 
 
—¿Cómo sabe? ¿Si en el mensaje anterior pensaba que estabas en casa de tu mamá? - Le pregunté sorprendido.

—Es otra, ella es Vanessa, la otra era Jimena — Me enseñó nuevamente e mensaje anterior y si, era otra.

—Tu trampa— le digo, — Claaaaaaro!! Como debe ser, una aburre, no es suficiente!!— O.o (risas)

—Más tarde le llega otro mensaje – ¿Otra vez? – le pregunto
—Es otra, Andrea— me dijo riéndose. 

—¿¿Ahhh?? ¿¿Tienes 3 flacas??

—No, tengo 4 hembritas, me respondió —¿Y ni a una le respondes? —le digo.

No, así se trata a las mujeres, déjalas que sufran y más se apagan a ti, sola llegan. Si me da ganas le respondo. 

A Salazar no se le cruzaban los días ni horas para estar con una de sus chicas. Todo estaba programado y nadie tenía sospechas que estaba con varias. Según él no gastaba, no era necesario tener mucho dinero para tenerlas felices.

Salazar no era un cuerazo, nooo, era feo ni tenía la billetera gorda, ni era el malo que paseaba con moto con casaca de cuero, noo, era misio y mediocre, aún así conquistaba a cualquiera. No sé si es su floro porque no creo, pero quién sabe pero así goza de la vida. Dijo también que cada una tenía una especialidad diferente en la intimidad, lo cual no pudo encontrar a alguien que sepa lo que cada una podía hacerle.

Me quedé en shock, sin palabras, huevón, no se me pasaba por la cabeza que aquel pleitista y medio tímido con las chicas podría tener a cuatro sin problemas por casi un año.

—¿Y a quién quieres más?

La pregunta que le hice, fue la más difícil para él, se demoró mucho pero escogió a Vanessa. Ella fue la segunda que conoció y tiene el mejor cuerpo de todas me dijo. 

—¿Y por ella, dejarías a las tres y sentarías cabeza? ¿Formarías una familia con ella?

—Ni cagando...

…La cuarta llamó, él salió del local para contestar.