Noi facessimo un accordo

No solo vine para que me abran la puerta, estoy aquí sentado al frente de ti, escuchando palabras y abriendo ventanas. Llegan a mi mente aquellas imágenes del pasado que siempre detesté, pues ahora más, porque se están repitiendo, es como un ciclo del cual no quiero estar inmerso. No quiero estar atrás, me siento tan bien cuando vamos sincronizados y ya nada me es adverso.

Tengo muchos motivos para estar en tu territorio, no como aquel león que describe tal peón etéreo, sino con la mayor muestra de sinceridad, sobretodo siendo verdadero y si no crees ¿Qué puedo hacer? Soy solo un hombre de carne y hueso, como puedes observar, no tengo agujeros en las manos. Si piensas tal vez que mi tiempo no equivale a la eternidad, veo tu paciencia de esperar el final, bienquistaré tu origen.

Aprendí una gran lección, también descongele mi corazón. Escuchando la bulla de este local, podemos retroceder hasta la remota y vieja escalera donde no transcurrieron siete días para ver tu existencia y del cual descubrí que ese vacío debería ser llenado. No tendré alas pero hay una nave para mí, esas estrellas a veces brillan, algunas queman, pero nadie tiene la llave. 

Entre las curvas del destino te cruzaste en mi camino, yo no lo dije, fuiste tú, si me llevaste al abismo pude olvidar mi antagonismo, yo lo digo. Sabes que no quiero fingir, quiero que nazca en mi lo que todos están acostumbrados a hacer, aunque lo vea extraño, venero tal acto de gracia, no veo evidencias pero puedo sentir algo que va más allá.

Pero hagamos un trato, de estar siempre ahí, no de separarnos por vanos motivos, de nunca darnos la espalda, he colgado mi espada y la he cambiado con un escudo. Sé que más adelante necesitaré un bastón, por el momento te agradezco por el fuego que sale de ese bastión.