A pesar de que nos volvimos desconocidos seguí yendo a su iglesia, en ocasiones me sentía incómodo estar ahí sabiendo que mi presencia le incomodaba pero yo no iba por ella ni por los demás, iba con el fin de conocer su religión y de esa fe que pocos tienen.
Estuve ahí como 5 meses, una vez a la semana, mi intención era ir hasta febrero del 2014 pero no se pudo, los cursos de este nuevo ciclo los llevo por las tardes los lunes y martes y el domingo se me hace muy difícil ir allá.
El domingo 11 de agosto hice lo posible en ir para despedirme de Angelina, los pastores y de los demás pues ya no podía ir por el cruce con mis clases de la universidad. Me acerqué a ella al termino del culto, esta vez no fue 5 horas, sino 3 pero fui tarde, no aguanto tanto tiempo los domingos le dije que ya no podía ir por los motivos que mencioné, le agradecí por haberme aceptado en su comunidad, por las enseñanzas y lo mucho que aprendí de esa experiencia, ese día estuvo dispuesta a escucharme, no fuimos desconocidos ¿Será por el tiempo que no puede ir por exámenes finales y vacaciones de medio año? No lo sé pero estuvo atenta, se parecía a la chica que conocí en el trabajo.
Hablamos como 15 min, ella volvió al trabajo del verano y tenía planes para viajar a provincias a evangelizar, etc. Me dijo que era un chico lindo ¿Seré lindo jaja? Que me vaya bien y más cosas, le dije que fue un gusto trabajar con ella, la gringa, así le dice, se sonrojó, me dijo que “Dios te bendiga”, nos dimos un beso en la mejilla, quizás el último, al alejarme me llamó y me preguntó ¿Algún domingo puedes venir? No puede decirle que no, me conmovió, dentro de mi pensé “No entiendes que no voy a poder” pero le dije que si dispongo de tiempo tal vez vaya.
Estuve ahí como 5 meses, una vez a la semana, mi intención era ir hasta febrero del 2014 pero no se pudo, los cursos de este nuevo ciclo los llevo por las tardes los lunes y martes y el domingo se me hace muy difícil ir allá.
El domingo 11 de agosto hice lo posible en ir para despedirme de Angelina, los pastores y de los demás pues ya no podía ir por el cruce con mis clases de la universidad. Me acerqué a ella al termino del culto, esta vez no fue 5 horas, sino 3 pero fui tarde, no aguanto tanto tiempo los domingos le dije que ya no podía ir por los motivos que mencioné, le agradecí por haberme aceptado en su comunidad, por las enseñanzas y lo mucho que aprendí de esa experiencia, ese día estuvo dispuesta a escucharme, no fuimos desconocidos ¿Será por el tiempo que no puede ir por exámenes finales y vacaciones de medio año? No lo sé pero estuvo atenta, se parecía a la chica que conocí en el trabajo.
Hablamos como 15 min, ella volvió al trabajo del verano y tenía planes para viajar a provincias a evangelizar, etc. Me dijo que era un chico lindo ¿Seré lindo jaja? Que me vaya bien y más cosas, le dije que fue un gusto trabajar con ella, la gringa, así le dice, se sonrojó, me dijo que “Dios te bendiga”, nos dimos un beso en la mejilla, quizás el último, al alejarme me llamó y me preguntó ¿Algún domingo puedes venir? No puede decirle que no, me conmovió, dentro de mi pensé “No entiendes que no voy a poder” pero le dije que si dispongo de tiempo tal vez vaya.
Nunca pensé ir hasta San Juan de Lurigancho menos a una iglesia evangelista. Angelina lo hizo posible ¿O fue Dios quién me llevó? Jaja digo, pues nunca hay que negarse a conocer otras cosas que no sean dañinas, no es malo leer la biblia o asistir a una iglesia y creo que yo que debemos tomarlo en forma crítica y razonable, cuestionar y no caer en fanatismos ni ser ortodoxos. La fe mueve montañas como también mueve prejuicios.
Soy más tolerante de lo que era, antes atacaba hasta el cansancio la religión y al dueño de esta, no lo hago y si en momento yo lo critico es porque no puedo cambiar de la noche a la mañana jaja aunque no esté de acuerdo, los demás creen y punto, si eso les motiva a vivir bien por ellos.
No saben lo que he visto en ese lugar, no se imaginan la cantidad de espectáculos que hacen como convulsiones, lamentos, llantos, etc. Muchas veces me decía a mi mismo: Qué carajo haces ahí!! Si tú no crees en Dios y es verdad, a pesar de haber estado ahí inmerso en ese mundo nunca he sentido algo y sigo dudando de su existencia.
Yo nunca pensé en llevar una biblia conmigo, no la llevé físicamente pero lo tenía en mi celular, lo había descargado y hasta ahora lo tengo y no sé por qué no lo he eliminado. No podía pedir prestado siempre así que la descargué y ese gesto le gustó a todos los asistentes.
Lo que no me gustó de esa
iglesia es que tomen fotos de sus cultos o de cada escena, no con una
cámara sino con un iPad, un caro producto electrónico. También que en
ocasiones pidan dinero para pagar el alquiler de otra iglesia y también
de un teclado que llegó ahí, solo dijeron “Dios nos proveyó” deberían
ser sinceros y decir si lo compraron o donaron.
He conversado con muchos creyentes acerca de su fe y sacando conclusiones todos son convertidos, antes todos fueron católicos, en su pasado todos fueron una mierda empezando por el maestro y también los pastores, unos borrachos, irresponsables y de lo peor; otros por enfermedad o necesidad se volvieron evangelistas ¿Tiene que pasar algo para recién creer en Dios? Por favor.
Nunca me arrodillé, nunca di diezmo, nunca canté, nunca oré, nunca salté y no creí en la palabra de la biblia, fui sincero, le dije a la “gringa” que quería hacer esas cosas de corazón, que nazca de mí y no para que vean ni fingir para caerles bien, sino sentí nada no es mi culpa.
No sé si volveré a ver a Angelina, la iglesia es alquilada y pensaban comprar un terreno en Chosica para trasladarse. Me ha dejado un trauma jajaja si, cuando conozca a alguien primero tengo que preguntar de qué religión es jaja no quisiera conocer a otra evangelista o de otra religión, suficiente con ella y siempre me quedará esa espina de no haber conversado con ella. Me dio mucho gusto conocerla, pero espero no volver a verla, quiero que le vaya bien en todo y sea feliz.
Esta es la última vez que hablaré de Angelina, de religión y del trabajo, este tema ya me aburrió, me llegó. No saben cuánto me ha cambiado un trabajo de cuarenta y cinco días. Di todo de mi, nada de mi creyó, no pertenezco a ese lugar, sinceramente no puedo.
He cerrado un capítulo y es momento de escribir una nueva historia. No quiero cerrarlo solo, quisiera que también me acompañe, si hay páginas por leer o versículos por marcar deberíamos olvidarlo, todo tiene un génesis y un apocalipsis. Adiós.