miércoles, 20 de mayo de 2015

Fotografías al pasar XII

Decimosegunda entrega de esta sección de fotografías, tomadas en cualquier parte de Lima donde caiga y donde se produzca un hecho curioso.

Ya terminaron los exámenes de la universidad y el trabajo por las mañanas me quitan tiempo, esta semana he estado muy ocupado, no tengo tiempo para escribir un post, tengo en mente varias pero falta escribirlas por blogger y para no perder la costumbre los dejo con un post rápido, ligero y que además no me toma mucho tiempo.

 Ya regreso recargado.

El Planetario del Morro Solar

La Punta - Callo

John Lennon en un mural

Chucuito - Callao

Lima

La cruz luminosa que observamos de lejos

"Aunque estés arriba, no te olvidamos"

Gallinazos en el cementerio

Victor Raúl Haya de la Torre

César Vallejo

Fotografía de la última reu blogger en abril

jueves, 7 de mayo de 2015

Mi hija llevará tu nombre


Ramiro llevaba un collar que ella le había regalado el día que lo quiso al máximo. Sé que es difícil de creer pero él sabía cuál fue el día exacto que lo quiso hasta el nivel más alto. Porque le era cierto que cuando se acaba una relación, puedes llegar a saber cuál fue ese día. Lo notas.

— Eres lo mejor que me ha pasado —dijo poniendo su rostro una gran tristeza
Ella lo miró y no dijo nada. Volvió a la carga:
—Eres lo mejor que me ha pasado.
Ella lo observó por segunda vez.
Negó con los ojos, después con la cabeza y finalmente soltó el «no» más contundente que había escuchado en su vida.
Fue un «no» tan rotundo que supo que todo se había acabado.

Se acercó a ella pero lo rechazó antes de que llegase a tocarla.

—Me tengo que ir — No la detuvo, no pudo.

Después de ese día, caminar por las calles de Pueblo Libre se le hacían difíciles, se sentaba en una banca de la plaza Bolivar a llorar a oscuras, otros días tomaba en el bar Queirolo un par de horas, todo esto porque no entendía lo que había pasado. Pues la razón por la cual se fue lo dejó con dudas.

Otras veces iba a San Miguel a escribir poemas, en el parque Media Luna, pues aquel suceso le dio mucha inspiración, le salían poemas y canciones en un breve tiempo pues la musa de la tristeza es siempre muy inspiradora, su recuerdo estaba muy fresco.

Ramiro conoció a una gran mujer que por cosas del destino, la perdió. Lamentablemente no había segundas oportunidades ni vuelta atrás. Era de esas chicas de que siempre te va a inspirar, de que son dificiles de olvidar, que marcan. Y que la frase iba a definir su futuro en su caso: "Solo te enamoras una vez, los demás son solo personas con las que buscas sentir algo igual". Aunque trataba de no aferrarse a eso, ser realista le hacía muy fuerte, solo se resignaba a que el tiempo haga su labor. 


Mierda, eras una gran chica. y dice "eras", en pasado, de ahí el puñal de la conjunción de verbo como para hacerte restregar en la cara lo que fue. Las noches en su cama, se envolvía en recuerdos, y otra frase llegaba a su mente: "No extrañas a las personas, sino a los momentos felices", lo único que sabía era que solo debía soltarse la melena y dejarse despeinar.

Estaba vez iba a ser difícil olvidar a alguien, a ella, la mejor mujer que pudo conocer y  a la que le robó el corazón, no iba a botar los regalos ni las fotos como antes, ni esta vez no había alguien que le pida los abrazos y los besos dados. No tenía rencor, había como un orgullo y le hacia difícil odiar.

Su momento más vulnerable era cuando viajaba en el bus, se sentaba cerca a la ventana para observar a la gente, acompañado de su soledad y los recuerdos de ella, siempre soltaba alguna lagrimita. Se sentía como un extraño entre extraños. Caminaba como si nada le pudiera hacer daño, como ella no lo quiso y seguía pensando que era así.

Pero sabía que había más gente en el mundo y que no acababa ahí su vida. Sus días en Pueblo Libre aunque crueles, era la que lo acogía, solo era esa pequeña nostalgia de su recuerdo. Extrañarla entonces fue otra forma de tenerla, saber que eran mas verdad que el día y la noche, que por su causa, llevaba meses cazando atardeceres que mostrarle pero siempre eran mas bellos los que veían. Un viernes por la noche, después de mucho pensar, se echó a su cama y pensó: No te olvidaré, vales la pena para tenerte en mi mente... Cuando tenga una hija, llevará tu nombre.